«Los jugadores del Real Madrid llegan como motos a Milán»

A cinco días de la final de Milán, el cuerpo técnico del Real Madrid alucina con la intensidad que están poniendo los jugadores en cada entrenamiento. Zidane, que vivió en primera persona el pésimo estado físico en el que los blancos llegaron a la final de Lisboa en 2014 –después de la mala planificación de Giovani Mauri, ayudante de Ancelotti–, respira aliviado al ver cómo sus jugadores han llegado «a tope» al partido más decisivo de la temporada.

Como diría Alfonso Guerra, a este Real Madrid no lo reconoce ni la madre que lo parió. Qué diferencia con el equipo que se arrastraba sobre el campo en los tiempos de Rafa Benítez, con jugadores fuera de forma, con sobrepeso y con un Madrid al que se le hacían muy largos los partidos, como se comprobó en Sevilla, Villarreal, Valencia y, por supuesto, en el 0-4 del Clásico en el Bernabéu.

“Cuando llegamos, nos encontramos a un equipo en un nivel físico bajísimo” –dice uno de los ayudantes de Zidane– “y aprovechamos el mes de enero, donde sólo teníamos un partido a la semana, para diseñar una de pretemporada con mucha carga de trabajo. Sabíamos que el equipo lo iba a pagar físicamente en febrero y parte de marzo –perdió los únicos 7 puntos en Liga de la era Zidane–, pero que llegaríamos al mes de abril en el pico de forma óptimo”.

Ahora, más allá de los lesionados Varane y Arbeloa, el Real Madrid llega en un estado físico «óptimo» a la final de este sábado en Milán. «Los jugadores están como motos», dice uno de los ayudantes de Zinedine Zidane, que está convencido de que los futbolistas del equipo blanco no notarán la inactividad de dos semanas sin competir.

«Hemos entrenado fuerte, con mucha intensidad y los jugadores están con muchísima chispa y muy rápidos», aseguran a OKDIARIO desde el cuerpo técnico del Real Madrid. Quizá las numerosas lesiones que han lastrado al equipo esta temporada, desde Carvajal a Cristiano Ronaldo, pasando por Ramos, Benzema o Bale, han provocado que los jugadores más importantes de Zidane lleguen a la final de Milán con una menor sobrecarga de minutos. Y ese descanso, en muchos casos forzados, puede ser decisivo para un partido que se presume largo. Y duro.